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A ti que en el sereno
cósmico conocí…
a ti que siempre amaré…
a ti que supiste despertar en mi, el amor.
A ti que con una historia inventada…
me llenaste me pasión y de ternura deseada…
A ti que le diste vida, a mí me mente adormecida…
A ti que con tu amor mi vida despertó….
Y dándole un nuevo rumbo, al cielo me llevó…
A ti mi amor, quiero decirte, que siempre sueño contigo.
Y hoy tú a mi lado, te ofrezco
Mi alma, mi vida y mi corazón…
(Maria Eugenia Rojas Alegria)
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Mi alma se quedó dormida y la pasión perdida,
al duro trabajo acompañaba la ilusión marchita.
Sin darme cuenta me sentí errado,
sentí inmensa nostalgia de lo que se había marchado.
Entre la aturdida vida sin meta, sin sentido,
apareció en el aire un respiro.
Te conocí lejana y te abrí mi alma,
tu etérea presencia curó lo malo que me rodeaba.
Cruzaste la inmensidad del mar y me diste la calma,
me robaste el alma con la primera sonrisa.
Al sentirte real, fuiste ensueño de paz, amor, tranquilidad,
me sacaste de tan sombrío temporal y
nobleza tranquila se apoderó de mi.
Te convertiste en mi necesidad, en mi día, en mi noche,
un beso tuyo logró despertar mi ilusión,
la emoción de creer, de saber que existe el amor.
Tu mirada clara, dulce, apasionada,
convirtió mis anhelos en realidades,
desapareció la tristeza, surgió el sosiego,
la caricia se transformó en amor eterno.
Belleza latina, entre trinos y melodías de quena y zampoña,
trajiste de tu dulce tierra boliviana,
mañanas de oro, cielo azul, dulce amor,
primavera eterna y camino para recorrer.
Maria Eugenia Rojas Alegria
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Mientras me hablas yo te miro,
detengo el tiempo en un instante…
Tu amor me inunda y yo me rindo...
Tú me dices frases de amor,
nacen los sentimientos…
Nace la ilusión.
Veo el cielo en tus ojos,
y de tus labios… bebo las mieles
de esta maravillosa sensación.
De una simple mirada,
de un beso fugaz…
nació un sentimiento.
Nació el amor.
Fue en un instante eterno,
que desperté para soñar….
Desperté para amar...
En el infinito de tus ojos,
aprendí a conquistar…
Encontré mi camino…
en la paz de tus labios.
(Maria Eugenia Rojas Alegria)
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